martes, 9 de diciembre de 2008

¿Se equivicó Descartes?


René Descarte fue un filósofo de la época moderna que escribió un libro que ha marcado la pauta de la filosofía desde entonces. En su libro Discurso del Método, nos describe un método sencillo con el cual se nos haría más fácil distinguir lo verdadero de lo falso, esto a través de la duda, es decir, debemos poner en duda todo aquello que se presente ante nuestros sentidos. Sin embargo, el tema acá no es darles un resumen filosófico del libro, sino más bien exponer la primera frase de su libro.

La primera parte del texto inicia con la siguiente frase: “el buen sentido (o sentido común) es la cosa mejor repartida en el mundo.” Pero veo a mí alrededor y noto que no parece ser así. Acá quiero hablar más bien sobre el “buen sentido” de la oposición venezolana, e incluso de los estudiantes.

El inquilino lo único que ha buscado desde que llegó es la división, pues sabe, como buen estratega que, “divide y vencerás”; no solo dividió a las familias que antes sólo se peleaban en un Caracas-Magallanes, sino que también se encargó de hacer lo propio con el país. Es como un juego de niños, es fácil descifrar su siguiente paso, es fácil tumbar su discurso, es fácil adelantarnos. Y me pregunto… ¿por qué no lo hacemos? No quiero que nadie se ofenda con lo que escribiré a continuación, pues no es más que una simple reflexión.

A los líderes de la oposición: Si realmente quieren lo mejor para el país entonces… ¿por qué no se unen? ¿por qué es tan difícil dejar de lado el orgullo y la pretención de creerse los mejores? ¿Por qué siguen pidiendo por los medios que se cumpla las leyes y no toman acciones? ¿Por qué tanta quejadera y nada de “propuesteras”, es decir, de dar propuestas? ¿Por qué es tan sencillo que caigan en la agenda que dicta el gobierno? ¿Por qué quieren aprovecharse de la fama de los estudiantes y de su credibilidad? ¿Por qué se empeñan en destruirse los unos a los otros? ¿Por qué siempre reaccionan después del golpe y no evitan la pelea?... Podría continuar el resto de la noche, pero no lo haré.

Esta actitud solo me hace pensar, señores dirigentes de partidos y medios de comunicación, que ustedes están molestos y “picados” porque no son los que mandan en el país, y no por el bien del mismo, sino para robar. Me hace pensar que no quieren al inquilino porque les recuerda a ustedes mismos, que piensan en llenarse los bolsillos y no en los 26.5 millones de venezolanos que queremos vivir mejor. Que la pelea no es por dinero, es por seguridad social; que no es por tener zapatos caros o ir a la playa, sino por no sentirnos mal e inseguros al tenerlos o al hacerlo.

Piensen: ¿Realmente quiero a Venezuela? ¿Puedo vivir entendiendo que esta vez ganó el del partido rosado, morado o gris y no el mío?
A los estudiantes: Hace poco dejé de ser parte del movimiento estudiantil, estuve dentro y estuve fuera, me sé las dos caras de la moneda y siempre había querido preguntarles: ¿Por qué marchan y tragan gases lacrimógenos, pero se paran a votar? ¿Por qué se sienten “chéveres” con la manito del movimiento, pero cuando escuchan gaitas, joropo o cualquier música hecha acá, desde el merengue hasta la salsa corren a cambiar la emisora porque eso es “niche”? ¿Por qué se dejan utilizar (Esto a sus líderes)? ¿Por qué tienen miedo a actuar (a sus líderes y a ustedes)? ¿Por qué pensamos que hacer lo correcto está mal? ¿Por qué se comen la luz, insultan al otro y botan basura en el piso? ¿Por qué se copian en el examen y se quejan de la corrupción? ¿Por qué critican, pero no hacen? ¿Por qué se quejan pero no proponen? Igual que antes, puedo seguir.

Es muy fácil decir: voy a misa, me doy golpes de pecho, pero no cumplir con los mandamientos y hacer desastres el resto de la semana. Es muy fácil decir: AMO A VENEZUELA, pero es muy difícil hacer todo lo posible o lo mínimo por tener un mejor país.

Muchos dirán que lo que quiero es dividir y que estoy criticando, pero entiendan –cual nota a pie de página- que a veces nos hace falta que alguien nos diga la verdad, entre tanta gente que nos miente. Que alguien se siente y mire con ojo clínico la situación y que escriba sus comentarios y reflexiones y no las deje encerradas en un cuaderno o en la computadora.

En fin, si Descartes pensaba que “el sentido común era la cosa mejor repartida en el mundo”, a mi juicio a Venezuela no le llegó mucho, pues las cosas que arriba escribí me parece que forman parte del sentido común de las personas, pero creo que ambos no lo ven así, cosa que me preocupa.

Pero dime tu… ¿Qué piensas del sentido común?

3 comentarios:

Moisés Torres dijo...

En excesivo acuerdo contigo. Un escritor francés que me encanta, Steiner, me ha aproximado quizás a la mejor de las respuestas: la conciencia se fue, es la postcultura. Por algo Adorno, Horkeimer y todo ese combo estaban tan preocupados; de bolas el común denominador simplemente actúa bajo la razón instrumental. Laurex, vieja friend, el peo es sistémico.

Coraline dijo...

Muy bueno tu post y creo que el problema es precisamente d eorgullo, es una cuestión de querer imponerse sobre el otro, no de relamente unirse aluchar po un país y el bienestar de su gente sino de prevalecer.

Respecto al sentido común, falta completar la frase ocn que "todos creen tener suficiente" cuando, desde luego, NO es así y además eso del snetido común o el buen criterio es muy relativo (como todo en la vida).

Hector Mendez dijo...

grande lau... excelente critica!!!

ojala el pana René no se equivoque en febrero..